En una de las más inesperadas y sorpresivas situaciones presentadas en el episodio final de Game of Thrones 7×07 “The Dragon and the Wolf”, Sansa Stark demostró todo lo aprendido de su gran maestro del odio “Petyr Baelish“, quien en las últimas temporadas, se había dedicado a estructurar un maquiavélico plan para convertirse en su esposo, y convencerla a través de elaboradas mentiras, de traicionar a su hermano Jon Snow para hacerse del reino del norte.
Tras el regreso de la menor de las hermanas Stark, Arya, “Littlefinger” se dedico a envenenar con mentiras la relación entre ellas, al punto que en el penúltimo episodio, se vivieron momentos verdaderamente tensos, esperando que en este último capítulo, se produjera el fatídico enfrentamiento propiciado por el malvado personaje.
Tras una última recomendación de su fiel consejero, quien le asegura que su hermana piensa asesinarla, Sansa solicita la inmediata presencia de Arya bajo fuerte escolta, y tras su llegada esboza autoritariamente en presencia de todos; “se te acusa de asesinato, se te acusa de traición”, ¿cómo contestas a estos cargos?, pero en un inesperado giro del destino y para sorpresa de todos los presentes, señala directamente hacia el mismisimo Petyr Baelish, siendo este invadido por un frio que recorrió rápidamente todo su cuerpo al darse cuenta que habían sido descubiertos sus planes, mentiras, asesinatos y reiteradas traiciones, cayendo en estado de desesperación, rogando de rodillas y declarándole su amor y lealtad a la Reina, quien irónicamente le agradece tantos años de aprendizaje, en clara demostración de determinación y frialdad, principios sembrados por muchos años por su derrumbado maestro, siendo ejecutado por la propia hermana menor Arya, quien sin dudar, le corta el cuello con su inseparable daga.